Playa de Coya 1915

EL GLORIOSO NUNCA VENCIDO Y SIEMPRE VENCEDOR “MIÑOCA”

By Ventura Requejo

De 1915 a 1918 Ventura Requejo escribe, en una singular prosa, estos relatos de aventuras de verano en la Ria de Vigo abordo del célebre catamarán MIÑOCA diseñado por su amigo Tato Lagos y construido en su incipiente Astillero denominado entonces Astilleros Suevia. Ventura estudió en Londres, como Tato, y con el tiempo llegó a ser un gran dibujante y caricaturista. Fallecio en 1939 en un accidente de tranvía.


“INVOCACIÓN”

         Oh musas del celeste imperio! bajad! Venid a mi! Iluminadme con vuestra ilimitada sabiduría.! Dadme la palabra de Demóstenes, la pluma de Homero, la sabiduría de Virgilio.! Ayudadme en tan difícil empresa, para que con mi limitado saber, pueda con acierto relatar la mas grandiosa odisea, las victorias mas tremendas, los actos mas nobles y heroicos, en fin para que con acierto pueda relatar los inolvidables hechos del Glorioso Nunca Vencido y Siempre Vencedor “MIÑOCA”.

         Oh musas.! Bajad.! Venid.! Iluminadme.!…………

“LA IDEA”.

         Fue en la mente de un artista. Tan difícil y arriesgada empresa no pudo haber nacido sino en la privilegiada mente de un artista, de un genio.

         Sucedió a principios del año 1915. Ventura, tal es el nombre del genio, fue concibiendo una idea que, débil en sus principios, fue poco a poco tomado incremento, incremento……………

         Así como el débil arroyo se ensancha, corre por entre las piedras, salta, aumenta su caudal formando un riachuelo, mas tarde un rio que a su vez crece, corre, y en veloz carrera llega enfurecido a la mar, así la idea en sus comienzos vaga y débil, crece, aumenta hasta que por fin en todo su esplendor sale al exterior cegándonos con su deslumbrante belleza, con su sorprendente fulgor.

         Tal era la idea que en el interior de Ventura rugía por salir, hasta que por fin, cual fulgor repentino, así brotó cegándonos con su belleza.

“LA REALIZACIÓN”

          Una idea, para que se admire en toda su grandeza, necesita ser realizada, mas, esto ya no correspondía al artista en cuya mente nació, necesitaba la cooperación de otro artista, de otro genio que realizara prácticamente la idea, de una actitud firme y robusta que no retrocediera ante nada.

          “Tato” poseía tales condiciones. Pronto se advirtió en él el entusiasmo, el ardor. Deseoso de producir una obra que sería el asombro de futuras generaciones no dió reposo a su actividad incansable. En compañía de Ventura ultimaron los detalles, planos, todo, todo lo indispensable para la realización de tan gran empresa.

           En las dependencias de los Astilleros “Suevia” pronto se advirtió gran actividad. Tato trabajaba con energía, con afán, no teniendo punto de reposo.

           La idea había sido llevada a acabo. En los Astilleros “Suevia” se estaba construyendo el “MIÑOCA”.

           En su confección entraban los materiales mejores. Para hacerle completamente impermeable innumerables combinaciones de pinturas, pastas y barnices fueron empleados hasta dar con el resultado deseado. De día en día progresaba notablemente. Tato no se daba punto de reposo. Lo mejor de sus estudios de Ingeniero Naval los aplicaba en la construcción del “MIÑOCA”.

           Por fin un día, a principios de Julio, quedó terminado el “MIÑOCA”.

           Solo faltaba transportarlo a un sitio adecuado y lanzarlo al bullicioso mar para en él hacerse celebre a la vez que invencible.

            Al siguiente día los componentes del “MIÑOCA” fueron transportados a los Docks nº 3 (Pi Margall 114) en cuyas dependencias fue armado y ultimados los mas ínfimos detalles.

            Y ya de esta guisa quedó el “MIÑOCA” en condiciones para ser botado.

“LA BOTADURA”

            Sonriente amaneció una mañana de mediados del mes de Julio. No bien asomó Febo su faz por Oriente cuando los Docks nº 3 se vieron concurridos de muchedumbre para presenciar el acto de la botadura. Arreglado y preparado de antemano el “MIÑOCA” fue conducido a hombros salvando asÍ la distancia que separa a los Docks nº 3 de la riente orilla del mar. Ya una vez en la playa la expectación fue enorme. Todos los corazones latían con violencia. La cosa no era para menos. Todos temían alguna deficiencia en la construcción, tan distinta de los otros barcos. Sin embargo tratándose del ingeniero de los Astilleros “Suevia” no podía haber lugar a duda. El “MIÑOCA” tendría éxito, pero un éxito incuestionable.

            Las tranquilas y suaves olas que llegaban y morían en la playa acariciaban ya las afiladas proas del “MIÑOCA”. La expectación era enorme, el “MIÑOCA” iba a ser botado.

            A una voz de mando del Ingeniero fueron cortadas las amarras, y el MIÑOCA tras breve sacudida, hundió sus proas en las tranquilas aguas de la Ria que limpidas y serenas le reflejaban con orgullo en su seno.

            A bordo estaban el Ingeniero y el Artista. Que dos genios tan distintos y sin embargo que necesarios para la realización del “MIÑOCA”!. Ligeramente hundido de proa por no estar sus tripulantes en sus debidos puestos, dió lugar a que un vil ignorante de la muchedumbre exclamara: “Iso debía de ser jueco, e ter a proa dondá a popa”. Oh caballo!!. Acaso crees que esos floters con tanto esmero pulimentado son toscos trozos de roble tallados a machetazos!. Lo que hace la ignorancia!.

           La atención breves momentos substraída al “MIÑOCA” al oir tan bárbaras palabras, pronto volvió al punto de general interés. Oh espectáculo asombroso!. El “MIÑOCA” impulsado por cuatro remos, manejados con brío, parecía deslizarse sobre las cristalinas aguas sin apenas enturbiarlas. Un murmullo de asombro corrió de boca en boca. ¿Que barco ganaría al veloz “MIÑOCA”?. Quien se atrevería con él?. Y eso que sus remos no eran manejados por quienes tan alta gloria supieron darle!.

“LOS DOCKS DE VERANO Y D. HIGINIO”

           A la orilla de la playa de Coya en su porción mas agradable y apacible se alza una antigua casa señorial, magnífica y seria, con un ancho portalón coronado por un soberbio escudo, perteneciente tal vez a algún noble del siglo XIII. Desde el portal a la playa corre una ancha rampa usada hoy por los habitantes del caserón, familia de nobles pescadores. En la parte posterior de la casa, hermosa explanada en parte cubierta por viña, con un también hermoso y limpio lavadero a un lado, donde las peixeiras al sacudir la ropa lucen sus duras y rosadas piernas, tiene su trono el “MIÑOCA”donde después de cada hecho glorioso descansa al amor de la tupida parra.

           Galantemente cedió al “MIÑOCA”!! un departamento de la casa el venerable jefe de la misma D.Higinio. D. Higinio!. Hombre venerable y respetado por los tripulantes del “MIÑOCA”. Con su celo desinteresado ha contribuido notablemente al progreso del “MIÑOCA”. Salve, D. Higinio, el “MIÑOCA” te lo agradece!.

           Tales son los Docks donde el “MIÑOCA” pasa los alegres veranos.

CONTINUARÁ!

Playa de Coya 1915
Playa de Coya 1915
Ensenada de Coya 1900
Ensenada de Coya 1900
Balandra navegando hacia el Berbes 1910
Balandra navegando hacia el Berbes 1910
Escena de pesca 1900 en el Berbes
Escena de pesca 1900 en el Berbes
Castillo de San Sebastian y Ria de Vigo 1910
Castillo de San Sebastian y Ria de Vigo 1910
MIÑOCA en verano 1917 con tripulacion Nano Lagos y Alejandro Requejo
MIÑOCA en verano 1917 con tripulacion Nano Lagos y Alejandro Requejo
El MIÑOCA en playa de Coya con Ventura Requejo, Fernando Lagos, Carolina Silva y otros 1915
El MIÑOCA en playa de Coya con Ventura Requejo, Fernando Lagos, Carolina Silva y otros 1915
Canido y Toralla 1915
Canido y Toralla 1915

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